1. Capítulo
El primer capitulo sirve para presentar a Santiago Nasar, protagonista de la historia.
Aquél día Santiago se
levanta sobre las cinco y media de la mañana para esperar el buque que
traía de paso al obispo. Había dormido poco y mal consecuencia de la
borrachera del día anterior. Despertó con dolor de cabeza, tras un rato
se puso un pantalón y una camisa de lino blanco, un poco arrugada porque
no tenia almidón, porque venia el obispo o sino normalmente se pone el
vestido de color caqui y las botas de montar porque acude a El Divino
Rostro, la hacienda de ganado que había heredado de su padre y que él
administraba. Santiago tenía una gran colección de armas.
Él como su padre dormía con un arma escondida en la funda de la almohada. Aquel día la descargó antes de salir de casa.
Normalmente en casa las tenia descargada para que nadie tuviera la
tentación de disparar y ocurriera lo que paso una vez en su casa cuando
el era pequeño, una mañana la sirvienta sacudió la almohada para quitar
la funda y se le cayó la pistola al suelo y se disparó al chocar contra
el suelo, y la bala atravesó el armario del cuarto, atravesó la pared de
la sala, paso con un estridente ruido por el comedor de la vecina y fue
a chocar contra un santo de tamaño natural que estaba en el altar mayor
de la iglesia que estaba en el otro extremo de la plaza , el cual
destrozo.
Aquella mañana Placida
observo a su hijo desde una hamaca y pensó lo que su hijo había heredado
de ella el instinto y de su difunto padre el dominio de las armas de
fuego, el amor por los caballos y la maestranza de las aves de presas
pero también el valor y la prudencia. Entre padre e hijo hablaban en
árabe. Y al final tuvo un amargo recuerdo, su matrimonio era de
conveniencia.
Santiago se despidió de su
madre y salió del cuarto y entró en la cocina donde estaba Victoria
Guzmán, la cocinera, cocinando almuerzo. Santiago se sentó en la mesa y
Divina Flor, hija de Victoria le sirvió un tazón de café con un chorro
de alcohol como todos los lunes para poder sobrellevar el día, Santiago
mastico dos aspirinas y se quedó mirando a Divina y en ese momento
Victoria se giró y le ordenó que la dejara. Victoria fue seducida por
Ibrahim Nasar durante su adolescencia de donde salió Divina Flor (y no
quería que le ocurriera lo mismo a su hija. Victoria aún guardaba rencor
a Ibrahim.
La casa era un antiguo
depósito de dos pisos con paredes de tablones de madera y un techo de
dos aguas. La casa había sido construida cuando por el río aun se podía
navegar. En la planta baja hay un salón que servia para todo y al fondo
del salón los corrales para los animales, en la planta alta hay dos
dormitorios anchos y cinco habitaciones y construyo un balcón, en la
fachada construyó dos ventanas para que entrara luz. En la casa existen
dos puertas la de delante que siempre se tiene cerrada salvo en
ocasiones festivas y la de la parte trasera que es la de más uso.
Victoria y Divina sabían perfectamente que iban a asesinar a Santiago pero ellas se callaron porque querían que lo mataran.
Una vez terminado su tazón
de café se levantó y se dirigió a la puerta principal, la cual le abrió
Divina y no cerró el cerrojo con la esperanza que se pudiera reguardar
de sus asesinos
Alguien que nunca fue
identificado metió por debajo de la puerta un sobre con un papel dentro
en el cual le avisaban que le iban a asesinar. El sobre no lo vio nadie.
A las seis Santiago salía de
su casa camino al puerto, mientras caminaba por la plaza veía todos los
desperdicios de la juerga y las botellas que se bebieron en la boda.
El único lugar abierto en la
plaza era una tienda de leche al lado de la iglesia donde estaban los
gemelos Pedro y Pablo Vicario que tenían 24 años (y eran difícil de
distinguir). Clotilde si que vio a Santiago cuando salió de su casa pero
se reprimió y no despertó a los gemelos.
Los gemelos aún llevaban la
ropa de la boda e iban con un aspecto un poco desastrado por tantas
horas de juerga, y aún no se habían afeitado. Se habían dormido después
de tres horas de espera, para ellos era el primer sueño desde hacia tres
días. Se despertaron con el ruido de la bocina del buque del buque y
cuando lo vieron saltaron de la silla pero en aquel momento Clotilde
dijo dejarlo para después aunque sea por respeto al obispo. Aunque
parecía un soplo del Espíritu Santo pero lo gemelos se lo pensaron
mejor.
Margot, me dijo que el buque no se paró pero el obispo tuvo la decencia
de saludar a la gente que estaba en el puerto. Santiago se sintió
defraudado porque había contribuido con varias cargas, como leña y
gallos.
Después del paso del buque Margot invito a Santiago a desayunar en su casa y él aceptó gustosamente. Él le dijo que se cambiaba de ropa y le alcanzaba pero ella insistió en que le acompañara ya porque el desayuno ya estaba servido. Así que Santiago se fue a casa a cambiarse. Nadie se preguntó siquiera si Santiago estaba prevenido, porque a todos les pareció imposible que no lo estuviera. Margot era una de las pocas personas que todavía ignoraban que lo iban a matar. De haberlo sabido lo hubiera agarrado y no lo hubiera soltado. La madre de Margot tampoco lo sabia, era muy extraño ya que era una de las que lo sabía todo. Después de un rato Margot se enteró completamente de la noticia y de un modo brutal: Ángela Vicario, había sido devuelta a la casa de sus padres porque el esposo (Bayardo San Román) encontró que no era virgen. Pero la cuestión es que no se le conoció otro novio a Ángela. Margot volvió a casa rápidamente. Aquella noticia dejo perpleja a su madre la cual salió corriendo hacia la casa de Santiago Nasar y por el camino se encontró con una vecina y le dijo no se moleste ya le han matado.
Después del paso del buque Margot invito a Santiago a desayunar en su casa y él aceptó gustosamente. Él le dijo que se cambiaba de ropa y le alcanzaba pero ella insistió en que le acompañara ya porque el desayuno ya estaba servido. Así que Santiago se fue a casa a cambiarse. Nadie se preguntó siquiera si Santiago estaba prevenido, porque a todos les pareció imposible que no lo estuviera. Margot era una de las pocas personas que todavía ignoraban que lo iban a matar. De haberlo sabido lo hubiera agarrado y no lo hubiera soltado. La madre de Margot tampoco lo sabia, era muy extraño ya que era una de las que lo sabía todo. Después de un rato Margot se enteró completamente de la noticia y de un modo brutal: Ángela Vicario, había sido devuelta a la casa de sus padres porque el esposo (Bayardo San Román) encontró que no era virgen. Pero la cuestión es que no se le conoció otro novio a Ángela. Margot volvió a casa rápidamente. Aquella noticia dejo perpleja a su madre la cual salió corriendo hacia la casa de Santiago Nasar y por el camino se encontró con una vecina y le dijo no se moleste ya le han matado.
2. Capítulo
El segundo capitulo comienza con la
descripción de Bayardo San Román, un hombre que llego al pueblo en un
buque con todas sus cosas. Andaba por los treinta años. Llegó al pueblo
con una chaqueta corta y un pantalón muy estrecho y con unos guantes a
juego. Todo el pueblo cotilleaba sobre él e intentaba saber más de él.
Una noche en el cine dio a entender que era ingeniero de trenes y hasta
hablo de construir uno hasta el interior. Sabía mandar mensajes por
código morse y buen nadador.
Un día vio a Ángela y a su
madre por la plaza y desde aquel mismo momento intento llamar su
atención, una noche compró todos los números de la rifa, en la que ella
misma estaba cantando los números y el regalo se lo llevó a su casa. No
sabia como pero había averiguado que era su cumpleaños.
Ángela tuvo que discutir con
sus padres porque creían que su hija le había insinuado algo a Bayardo,
así que sus hermanos mayores Pedro y Pablo cogieron el regalo y se
llevaron a su dueño. Los gemelos no aparecieron en casa hasta el día
siguiente llevando el regalo otra vez y a Bayardo para seguir la
parranda...
Ángela era la menor de una
familia de escasos recursos, su padre Poncio Vicario era orfebre de
pobres y su madre había sido profesora de escuela. Las dos hijas mayores
se casaron muy tarde.
La familia Vicario se tomo
en serio el compromiso de boda pero puso una condición que Bayardo
acreditará su identidad ya que nadie lo conocía. Al cabo de unos días
llego la familia de Bayardo al pleno, en el buque de ceremonias del
congreso Nacional. Eran cuatro, el padre, la madre y las dos hermanas.
La madre, Alberta Simonds era una mulata grande de Curazao, el padre era
el general Petronio San Román, héroe de guerras civiles. Luisa no le
parecía bien que se casará ya que había seducido a la familia con sus
encantos no a Ángela. Ángela no se quería casar con Bayardo ya que sus
padres junto a sus hermanas mayores le impusieron esa obligación. Al día
siguiente Bayardo le pregunto a Ángela que casa le gustaba más y le
dijo la del viejo Xius y por la noche se fue a hablar con él pero el
viejo Xius no se la vendió. Dos años más tarde el viejo se murió pero al
final se descubrió que el viejo se la vendió.
La familia de Ángela quería
retrasar la boda para que el obispo los casará pero Ángela no quería ser
casada por un hombre que solo cortaba las crestas de los pollos y lo
demás lo tiraba a la basura. El general y su familia y las muchas gentes
ilustres que vinieron con ellos trajeron tantos regalos que fue preciso
restaurar un local olvidado de la planta eléctrica para exhibirlos.
Al novio le regalaron un
coche con su nombre grabado. A la novia le regalaron una cubertería de
oro puro para veinticuatro invitados.
La familia vivía en una casa
modesta con una terraza en la fachada ocupada casi por completo por
macetas y un gran patio trasero con gallinas sueltas y árboles frutales y
al fondo un criadero de cerdos donde los gemelos ejercían su trabajo.
Al final adornaron la casa, la pintaron, los gemelos se llevaron los
cerdos y pidieron permiso para tumbar las cercas de las casas contiguas
para poder bailar.
El único sobresalto
imprevisto lo causo el novio en la mañana de la boda pues llego a buscar
a la novia dos horas tarde y ella se negó a vestirse hasta que no viera
al novio en la casa, ya que no había percance más vergonzoso para una
mujer que quedarse plantada con el vestido de novia. Santiago no
deslumbró el menor cambio en su modo de ser durante la ceremonia ni la
fiesta.
El acto formal terminó a las
seis de la tarde cuando se despidieron los invitados de honor. El buque
abandono el puerto. Los recién casados aparecieron en su automóvil
descubierto abriéndose a duras penas paso entre el tumulto. Bayardo se
bajo del coche, ordeno que siguieran la fiesta a costa suya y se llevo a
la esposa aterrorizada para la casa de sus sueños, la del viejo Xius.
La parranda se disperso y varios amigos como Cristo Bedoya, Luis Enrique
y Santiago Nasar se fueron a la casa de María Alejandrina Cervantes,
por allí pasaron muchos otros, entre otros los gemelos Vicario cinco
horas antes de matarlo.
Ángela Vicario había mandado
a pedir una maletita de cosas personales y su madre Pura también quiso
mandarle una maleta con ropa de diario así que llamó al recadero.
Luego el recadero contó que
había encontrado a Bayardo de pie con la camisa de seda sin abotonar y
los pantalones sostenidos con tirantes elásticos, Ángela estaba en la
sombra de modo que solo la vio cuando Bayardo la agarró por el brazo y
la puso en la luz. Llevaba el traje de raso en piltrafas. Los gemelos
volvieron a casa un poco antes de las tres de la mañana, llamados de
urgencia por su madre. Encontraron a Ángela Vicario tumbada bocabajo en
un sofá de comedor y con la cara macerada a golpes. Uno de los gemelos
el más espabilado, Pedro Vicario la levanto y la sentó en la mesa del
comedor y le preguntó, temblando de rabia, quien había sido, ella se
demoro apenas el tiempo necesario para decir el nombre y el nombre fue
Santiago Nasar. Ella solo recordaba que la sostenía con una mano y me
golpeaba con la otra con tanta rabia que llego a pensar que la iba a
matar.
Después de leer el segundo capitulo la historia ya va tomando algo de forma porque después de leer el primer capitulo crees que lo han matado porque se había casado con Ángela pero no la quería. Al final del segundo capitulo ya sabes porque lo habían matado.
Después de leer el segundo capitulo la historia ya va tomando algo de forma porque después de leer el primer capitulo crees que lo han matado porque se había casado con Ángela pero no la quería. Al final del segundo capitulo ya sabes porque lo habían matado.
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3. Capítulo
Al principio del tercer capitulo encontramos una pequeña explicación sobre el abogado y los gemelos.
Los gemelos entraron en la
casa rural del padre Amador y pusieron los cuchillos en la mesa. Ambos
exhaustos por el trabajo bárbaro de la muerte y tenían la ropa y los
brazos empapados y la cara embadurnada de sudor y sangre todavía viva.
Fueron a que les perdonará pero el padre les dijo que solo ante Dios no
ante los hombres. Los gemelos tuvieron que estar en la cárcel durante
tres años en espera del juicio porque no tenían dinero para pagar la
fianza para la libertad condicional.
Empezaron a buscarlo por
casa de María Alejandrina pero allí no estaba. Luego lo fueron a
buscarlo en la casa de Clotilde por donde sabían que iba a pasar porque
era el único sitio abierto. Se sentaron a esperarlo.
Después de que su hermana les revelará el nombre pasaron por la pocilga y escogieron los dos mejores cuchillos, uno de descuartizar y otro de limpiar. Los envolvieron en unos trapos y se pusieron en camino al mercado de carnes para afilarlos. Llegaron sobre las 3:20, Faustino Santos un carnicero los vio entrar. Mientras afilaban los cuchillos, Pablo dijo vamos a matar a Santiago. Faustino se quedo con la duda que si iban borrachos o normal así que le contó esto a un agente de policía que un poco más tarde paso por allí a comprar una libra de hígado para el desayuno del alcalde.
Después de que su hermana les revelará el nombre pasaron por la pocilga y escogieron los dos mejores cuchillos, uno de descuartizar y otro de limpiar. Los envolvieron en unos trapos y se pusieron en camino al mercado de carnes para afilarlos. Llegaron sobre las 3:20, Faustino Santos un carnicero los vio entrar. Mientras afilaban los cuchillos, Pablo dijo vamos a matar a Santiago. Faustino se quedo con la duda que si iban borrachos o normal así que le contó esto a un agente de policía que un poco más tarde paso por allí a comprar una libra de hígado para el desayuno del alcalde.
Los hermanos Vicario
entraron a las 4:10 en la tienda de Clotilde donde pidieron dos botellas
de aguardiente, la primera se la bebieron rápidamente pero la segunda
poco a poco esperando a Santiago. Los gemelos le preguntaron a Clotilde
si había visto luz en la ventana del balcón que era la de Santiago y
Clotilde respondió que no y porque lo preguntaban. Los gemelos
respondieron que para matarlo. Se quedó perpleja por la respuesta y fue a
decírselo a su marido que estaba durmiendo y dijo que era una tontería y
que estarían borrachos.
El coronel se vistió con calma y mientras desayunaba un guiso de hígado cubierto de anillos de cebolla, su esposa le contó muy excitada que Bayardo había devuelto a Ángela Vicario y el se burlo diciendo que pasaría si el obispo lo supiera. De camino a la plaza se encontró varias personas que le contaron las intenciones de los gemelos Vicario. Los encontró en la tienda de Clotilde, ni los interrogo, les quito los cuchillos y les dijo que se fueran a casa a dormir. Clotilde se llevo una gran desilusión ya que creían que los iba a arrestar hasta esclarecer la verdad. Los hermanos Vicario les habían contado sus intenciones a más de doce personas.
El coronel se vistió con calma y mientras desayunaba un guiso de hígado cubierto de anillos de cebolla, su esposa le contó muy excitada que Bayardo había devuelto a Ángela Vicario y el se burlo diciendo que pasaría si el obispo lo supiera. De camino a la plaza se encontró varias personas que le contaron las intenciones de los gemelos Vicario. Los encontró en la tienda de Clotilde, ni los interrogo, les quito los cuchillos y les dijo que se fueran a casa a dormir. Clotilde se llevo una gran desilusión ya que creían que los iba a arrestar hasta esclarecer la verdad. Los hermanos Vicario les habían contado sus intenciones a más de doce personas.
Según la posterior declaración de Pedro, fue el quien tomo la decisión de matar a Santiago.
Justamente cuando los gemelos salían de la pocilga con los nuevos cuchillos su vecina Hortensia Baute abrió la puerta y se puso a llorar creyendo que ya lo había matado. Siempre que iban al mercado pasaban por casa de la madre de Prudencia Cotes a tomar café pero aquella mañana lo dejaron para más tarde pero la madre de prudencia que traía unos periódicos para achuchar la lumbre saco unas hojas y se las dio a los gemelos para que escondieran un poco los cuchillos
Justamente cuando los gemelos salían de la pocilga con los nuevos cuchillos su vecina Hortensia Baute abrió la puerta y se puso a llorar creyendo que ya lo había matado. Siempre que iban al mercado pasaban por casa de la madre de Prudencia Cotes a tomar café pero aquella mañana lo dejaron para más tarde pero la madre de prudencia que traía unos periódicos para achuchar la lumbre saco unas hojas y se las dio a los gemelos para que escondieran un poco los cuchillos
Clotilde había terminado de
vender la leche cuando los hermanos Vicario volvieron con otros dos
cuchillos envueltos en periódicos con las hojas oxidadas. Faustino luego
declaró que fueron a afilar los cuchillos otra vez y chillando dijeron
que lo iban a matar.
Los gemelos se pasaron allí bastante tiempo pero no vieron encenderse la luz de la habitación de Santiago.
Antes de irse a dormir Santiago, Jaime y los demás se subieron a la casa del viudo Xius a cantarle a los recién casados. Como vieron el coche en la puerta no se podían imaginar que allí la vida matrimonial acabo dos horas antes. Bayardo había llevado a Ángela a casa de sus padres a pie para que el ruido del coche no lo delatara antes de tiempo.
Antes de irse a dormir Santiago, Jaime y los demás se subieron a la casa del viudo Xius a cantarle a los recién casados. Como vieron el coche en la puerta no se podían imaginar que allí la vida matrimonial acabo dos horas antes. Bayardo había llevado a Ángela a casa de sus padres a pie para que el ruido del coche no lo delatara antes de tiempo.
Después de subir a casa del
viejo Xius se despidió y junto a Cristo Bedoya se fueron a casa. Al
llegar Victoria, la cocinera le dijo que el café iba a estar pero
Santiago le dijo que se iba a dormir y que a las 5:30 de la mañana lo
despertará y le trajera una muda como la ropa que llevaba. Subió a su
habitación sin encender ninguna luz ya que el foco de la escalera
permanecía siempre encendido durante toda la noche.
Se tiró encima de la cama con la ropa que llevaba puesta, ya que una hora después se tenía que levantar a ver al obispo.
El padre Amador se dirigía
hacia al puerto, tenia la intención de avisar a Placida pero se le
olvido porque tenia que preparar el acto para recibir al obispo y cuando
mataron a Santiago se sintió culpable y desgraciado porque no aviso a
su madre antes.
4. Capítulo
Este capítulo comienza con el relato de la autopsia que le tuvieron que hacer a Santiago.
El coronel Aponte había
tenia una conversación telegráfica urgente con el gobernador de la
provincia y este le autorizó para que empezará la investigación mientras
le mandaba un juez instructor. El alcalde pensó que el cuerpo se podía
mantener refrigerado pero no encontró una nevera de tamaño humano y
cuando la encontró no funcionaba. El cuerpo fue expuesto a la
contemplación pública en una sala con bastantes ventiladores. Pero a
media tarde las heridas empezaron a manar unas aguas de color de almíbar
que atrajeron las moscas. El coronel Aponte comprendió entonces que ya
no era posible esperar y le ordeno al Padre que hiciera la autopsia. El
padre Carmen Amador tuvo que hacer a autopsia ya que el doctor Dionisio
Iguarán. La autopsia se hizo acabo en el local de la escuela pública con
la ayuda del boticario que tomo las notas y un estudiante de medicina
de primer año que estaba allí de vacaciones.
Se murió por la culpa de
siete heridas mortales. El hígado estaba casi seccionado por dos
perforaciones profundas. Tenia cuatro incisiones en el estomago y una de
ellas tan profunda que lo atravesó por completo y le destruyó el
páncreas. Tenía otras seis perforaciones menores y múltiples heridas en
el intestino delgado. Una que tenia en el dorso le había perforado el
riñón derecho. La cavidad abdominal estaba llena de sangre.
Tenía además seis heridas
menores en los brazos y en las manos y dos tajos horizontales: uno en el
muslo derecho y otro en los músculos del abdomen. Además en el informe
puso que tenía una hipertrofia del hígado que atribuyo a una hepatitis
mal curada, es decir que le quedaban muy pocos años. El informe concluía
decía que la causa de la muerte fue una hemorragia masiva causada por
cualquiera de las siete heridas mayores. El cuerpo fue devuelto
destrozado totalmente. Lo tuvieron que meter en el ataúd y enterrarlo al
amanecer porque estaba en muy mal estado.
Los hermanos Vicario fueron
encerrados en el calabozo donde les proporciono jabón y un estropajo
para quitarse la sangre y el olor. Le trajeron el almuerzo pero Pedro no
probó bocado pero Pablo por su parte comió un poco de todo que le
llevaron y un cuarto de hora después desató en una diarrea pestilente.
Pedro estaba tan convencido que habían envenenado a su hermano que llamo
al alcalde. El alcalde llevo a Pura Vicario a las tres de la mañana
para que se despidiera de sus hijos. Fue la familia al completo, hasta
las hijas mayores con sus maridos. Antes de irse Pura le pidió al padre
que les confesara pero Pedro Vicario se negó y convenció a su hermano
que no tenían nada de que arrepentirse. Los gemelos fueron absueltos y
se quedaron en Riohacha a solo un día de viaje de Manaure donde vivía su
familia. En Riohacha estaba la cárcel. Allí fue Prudencia Cotes a
casarse con Pablo que aprendió el oficio del oro en el taller de su
padre y llegó a ser un orfebre depurado. Pedro Vicario sin amor ni
empleo, se reenganchó tres años después a las Fuerzas Armadas, mereció
las insignias de sargento primero, y una mañana espléndida su patrulla
se internó en territorio de guerrillas y nunca más se supo de ellos.
Para la mayoría de la gente solo hubo una víctima Bayardo San Román. Suponían que los otros protagonistas de la tragedia habían cumplido con dignidad y hasta con cierta grandeza. Durante años se le recordó como "El pobre Bayardo".
Para la mayoría de la gente solo hubo una víctima Bayardo San Román. Suponían que los otros protagonistas de la tragedia habían cumplido con dignidad y hasta con cierta grandeza. Durante años se le recordó como "El pobre Bayardo".
El Alcalde se olvido de Bayardo y cuando se acordó subió con una patrulla y lo encontró inconsciente en la cama.
Estaba en el último grado de intoxicación etílica según informo el doctor. Pero a las pocas horas recobro la razón y los echo a todos de casa. El alcalde informo del episodio al general Pretonio.
Estaba en el último grado de intoxicación etílica según informo el doctor. Pero a las pocas horas recobro la razón y los echo a todos de casa. El alcalde informo del episodio al general Pretonio.
El general envío a su mujer
con las hijas y otras dos mujeres mayores que parecían ser sus hermanas.
El coronel con ayudas bajaron a Bayardo al pueblo y se fueron en el
buque.
23 años más tarde se recibió
una carta de sus padres (de Bayardo) que no sabían donde estaba y no
tenían la menor idea de que iría hacer en un pueblo extraviado sin otro
propósito aparente que el de casarse con un mujer que no había visto
nunca.
De Ángela Vicario se supo
que se había comprado una casa de cemento con un patio muy grande.
Después de 23 años había madurado y se había vuelto ingeniosa.
Gabriel García Márquez
intento hablar con la madre de Ángela pero se negó totalmente ya que no
quería hablar del pasado y se tuvo que conformar para escribir esta
crónica. La versión más corriente, tal vez por ser la más perversa era
que Ángela estaba protegiendo a alguien a quien amaba de verdad. Le
contó todo menos lo que paso con Santiago.
Un día Ángela tuvo que
acompañar a su madre a un examen de la vista en el hospital de Riohacha y
entraron de pasada en el hotel del puerto y Pura pidió un vaso de agua.
Mientras se lo tomaba Ángela hizo un barrido con la vista del salón y
allí lo encontró, lo vio pasar a su lado sin verla y lo vio salir del
hotel, el corazón se le hizo trizas y cuando llego a casa se tira en la
cama a llorar durante tres días. Se volvió loca, loca por el, aún le
quería. Al día siguiente le escribió una carta pero espero en vano.
Cansada de esperar le
escribió otra carta. Después de seis meses había escrito seis cartas sin
repuestas pero se conformo con la comprobación de que el las estaba
recibiendo. Entonces Ángela descubrió que el odio y el amor son cosas
reciprocas. Escribió una carta semanal durante media vida. La empleada
de correos siempre iba a su casa a bordar los viernes por la tarde y de
paso a recoger las cartas. Un medio día de agosto mientras bordaba,
Ángela sintió que alguien llegaba a la puerta y no tuvo que mirar porque
sabía quien era. Estaba gordo y se le empezaba a caer al pelo pero era
él, Bayardo San Román había vuelto. Dijo: bueno estoy aquí. Llevaba la
maleta de la ropa llena para quedarse y otra igual con casi dos mil
cartas que ella le había escrito. Estaban ordenadas por sus fechas, en
paquetes cosidos con cintas de colores y todas sin abrir.
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5. Capítulo
En el capítulo quinto se desvela con detalles de la investigación y la consecución del asesinato.
La mayoría de quienes
pudieron hacer algo para impedir el crimen y sin embargo no lo hicieron,
se consolaron con el pretexto de que los asuntos de honor son sagrados.
Flora, la novia de Santiago, se fugo con un teniente de fronteras que
la prostituyo entre los caucheros de Vichada. El juez instructor
apareció doce días después del crimen. Tuvo que pedir refuerzos por la
muchedumbre que se precipitaba a declarar sin ser llamada. 20 años
después se buscó pero no se encontró el nombre del juez instructor del
caso. Lo bueno de esta historia es que no se encontraron ninguna prueba
de que Santiago hubiera sido el agresor. Las amigas de Ángela Vicario
declararon que les había hecho cómplices de ese secreto desde antes de
la boda pero no les había revelado ningún nombre. El juicio solo llego a
durar tres días. A todos no le caía bien Santiago, a Polo Carrillo, el
dueño de la planta eléctrica, pensaba que su serenidad no era inocencia
sino cinismo.
La gente se dispersaba hacia
la plaza, en el centro había dos personas, Santiago y Cristo Bedoya
pero nadie los avisaron. Yamil Shaium un árabe, amigo del padre de
Santiago le iba a advertir pero pensaba que si el rumor era infundado le
iba a causar una alarma inútil.
Cristo después de medio
escuchar a Yamil salió en busca de Santiago pero no lo encontró. Fue en
busca de él, paso por su casa y su dormitorio y allí no estaba y
aprovecho para coger un arma de la habitación de Santiago pero se dio
cuenta que después del asesinato que estaba descargada. Siguió su busca
pero los gemelos, le llamaron desde la tienda de leche y los gemelos le
dijeron que le dijera a Santiago que le estaban esperando para matarle.
Por detrás de los gemelos apareció Clotilde y le dijo que se diera prisa
porque en este pueblo de maricas solo un hombre como tu podías impedir
la tragedia. La gente regresaba del puerto y tomaba sus posiciones en la
plaza. En la puerta del club Social se encontró con el coronel Aponte y
le dijo que los gemelos lo querían matar y tenían nuevos cuchillos.
Entonces el coronel prometió ocuparse del tema pero entró un momento al
club a confirmar una partida de domino de esa misma noche y mientras
estaba dentro ocurrió el asesinato. Cristo Bedoya creía que estaba en su
casa desayunando con su hermana y se fue a su casa. A medio camino
escucho gritos remotos y le pareció que están reventando cohetes por el
rumbo de la plaza. Trato de correr pero cuando llego le pregunto a su
madre y le contesto: dicen que lo han matado pero Santiago se había
metido en la casa de su novia donde su padre le dijo la verdad, que lo
buscaban para matarlo así que se fue la gente se había colocado en la
plaza como en los días de desfile. Toda la gente le estaba chillando.
Así que entró en la casa de su novia nuevamente buscando la escopeta de
caza pero no la encontró. Salió nuevamente a la plaza y hecho a correr
hacia a su casa pero su madre cerró la puerta principal creyendo que su
hijo ya estaba dentro.
Santiago llego a golpear
varias veces con los puños la puerta pero los gemelos ya habían llegado,
el se giró y se los encontró allí mismo y empezaron a acuchillarle y no
pararon hasta verlo caer en el suelo.
Después de buscarlo a gritos
por los dormitorios oyendo sin saber de donde eran los gritos que no
eran lo suyos, Placida se asomo a la ventana de la plaza y vio a los
gemelos que corrían hacia la iglesia y detrás a Yamil con un escopeta de
caza. Creyendo que ya había pasado el peligro salió al balcón del
dormitorio y vio a Santiago frente a la puerta bocabajo, tratándose de
levantar de su propia sangre. Se incorporó de medio lado y se echo a
andar en un estado de alucinación, sosteniendo con las manos las
vísceras colgantes. Camino más de cien metros para darle la vuelta a la
casa y entrar por la puerta de la cocina. Atravesó el jardín de los
vecinos encontrándose con Wenefrida Márquez y ella le pregunto que le
pasaba y el le respondió que lo habían matado. Tropezó en el último
escalón pero se incorporó de inmediato y hasta tuvo el cuidado de
sacudir con la mano la tierra que le quedó en las tripas, dijo Wenefrida
después.
Después entró en su casa por la puerta trasera, que estaba abierta desde las seis y se derrumbo de bruces en la cocina.
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